El consumo y la adicción a la cocaína son cosas distintas. Lo cierto es que aunque el consumo de cocaína se de en pequeñas cantidades o de forma esporádica, es relativamente fácil acabar enganchado a la cocaína. Obviamente, el consumo de cocaína siempre precederá a la adicción. Somos incapaces de saber a qué velocidad desemboca el consumo de coca en adicción a la cocaína. Parece ser que el consumo de cocaína afecta a cada persona de una forma distinta. Lo que sabemos con certeza es que la cocaína tiene un elevado poder adictógeno. Por tanto, consumir cocaína es un predictor fiable de una posible dependencia. Vamos a diferenciar ambos conceptos y, además, apuntar las señales que indican el consumo o la adicción a la cocaína.
La cocaína es una droga que proviene de un arbusto originario de América del Sur llamado Erythroxylum coca. En concreto, la cocaína es el alcaloide extraído de las hojas de esta planta, cristalizado en forma de sal (clorhidrato de cocaína). Este alcaloide se denomina químicamente como benzoilmetilecgonina. Son precisamente los metabolitos de esta, los que se aíslan en los test de detección de cocaína en orina. Por tanto, la presencia de metabolitos de benzoilmetilecgonina en saliva o en orina son una señal inequívoca del consumo de cocaína.
El consumo de cocaína
La cocaína es un potente estimulante con un gran poder euforizante. El consumo de cocaína provoca una sensación de bienestar muy elevada. Cuando consumes coca, esta actúa de forma súbita y directa sobre los centros nerviosos del “sistema de recompensa”. El sistema de gratificación o recompensa es la zona de nuestro cerebro que se activa cuando tenemos relaciones sexuales, cuando comemos, o cuando realizamos actividades placenteras. Tomando cocaína modificas el lenguaje con el que se comunican las neuronas del centro de recompensa. Por ejemplo, la cocaína inhibe la recaptación de serotonina, un neurotransmisor que modula, entre otras cosas, nuestro estado de ánimo. Cuando consumes alcohol o drogas como la cocaína, esa conexión entre neuronas queda modificada.
La traducción de estos cambios bioquímicos se expresa fundamentalmente en una modificación del comportamiento. Esta es una característica común de todas las sustancias psicoactivas. En la calle, a las sustancias con esta capacidad se les llaman drogas, pero pasa exactamente igual con el alcohol, o incluso con algunas conductas como el juego.
La adicción a la cocaína
Debido al elevado poder euforizante que tiene la cocaína, su consumo genera una experiencia muy gratificante. Cuando algo resulta grato, divertido o placentero, lo habitual es tender a repetirlo. Aquí es donde pueden empezar los problemas. El consumo repetido de cocaína provoca cambios bioquímicos en el cerebro que pueden incluso llegar a ser permanentes. Esto es lo que ocurre con la adicción a la cocaína. Se produce una neuroadaptación al consumo de esta droga. La persona queda “atrapada” en una necesidad compulsiva de su consumo. De hecho, cuando un adicto a la cocaína intenta eliminar por sí mismo su consumo le suele resultar difícil o imposible (debido al síndrome de abstinencia a la cocaína). Solo a través de un tratamiento para la adicción a la cocaína conseguirá revertir el problema. Lo que empieza siendo una forma de ocio gratificante se acaba convirtiendo en una necesidad.
Lo cierto es que tanto el consumo como la adicción a la cocaína son situaciones claramente perjudiciales. Incluso el uso moderado de cocaína es altamente insaludable. Los efectos tóxicos de la cocaína son innumerables y afectan prácticamente a todo el organismo, no solo al sistema nervioso. Por muchas razones, lo más aconsejable es suprimir todo tipo de contacto con la droga y la mejor forma de conseguirlo es mediante un proceso de desintoxicación de cocaína.
Señales para detectar consumo o adicción a la cocaína
Existen diferentes signos o señales que apuntan al consumo de cocaína, o a una posible adicción. Evidentemente, cuando el consumo se acentúa, o si existe una adicción, estas señales son más notorias. En definitiva, estas señales son la expresión de los signos y síntomas del consumo de cocaína. Tanto el uso, el abuso, como la adicción a la cocaína, provocan una seria afectación patológica. Esta se expresa tanto en el plano físico como en el plano psicológico del consumidor de cocaína.
El consumo de cocaína se caracteriza de forma notable por una fuerte dependencia psicológica y no tanto por una dependencia física. No obstante, la adicción a la cocaína puede llegar a provocar, además de los cuadros psicológicos, graves complicaciones físicas. Por ejemplo, la perforación del tabique nasal o una grave afectación cardiaca. Están reconocidos trastornos mentales asociados al uso de cocaína como los cuadros psicóticos, el delirio, la ansiedad, los trastornos del estado de ánimo, o incluso el trastorno obsesivo compulsivo. Las 5 señales para detectar el consumo o la adicción a la cocaína son las siguientes:
1. Síntomas físicos por consumo de cocaína
Hemos comentado anteriormente que el consumo puntual de cocaína, aun no siendo muy marcada la afectación física que provoca, existen ciertos signos físicos que ayudan a detectar su presencia. A medida que el consumo es más frecuente o en gran cantidad estas señales serán cada vez más visibles. Veamos cuales son los síntomas físicos por consumo de cocaína.
Pupilas dilatadas por consumo de cocaína
Un signo revelador del consumo de cocaína son las pupilas dilatadas o midriasis. Normalmente la midriasis se produce en respuesta a cambios lumínicos, durante la excitación sexual, o cuando realizamos tareas cognitivas complejas. Cuando una persona toma drogas estimulantes como la cocaína sus pupilas se dilatan de forma muy característica.
Taquicardia, arritmias e hipertensión
El consumo de cocaína provoca una vasoconstricción generalizada, y en consecuencia hipertensión. La vasoconstricción hace que el consumidor de cocaína suela tener un aspecto pálido en su piel. La afectación del sistema circulatorio puede tener un desenlace fatal en casos de intoxicación aguda. El uso de drogas estimulantes como la cocaína o las anfetaminas provocan este tipo de cuadros. Cuando una persona tiene arritmias o taquicardias en una situación aparentemente normal es susceptible de estar bajo los efectos de la cocaína. Hay que tener en cuenta que al consumir la droga el organismo necesitará cierto tiempo para eliminar la cocaína completamente del cuerpo.
Hemorragia nasal, rinitis y dificultad respiratoria
La forma más habitual del consumo de cocaína es la vía nasal. Cuando se aspira esta droga de forma más o menos frecuente se producen unas lesiones características del epitelio nasal. Por ello es frecuente que un adicto a la cocaína sangre por la nariz con cierta facilidad. En exposiciones recurrentes estas lesiones pueden cronificarse y acabar necrosando los tejidos. En la fase más aguda del consumo de cocaína puede llegar a perforar el tabique nasal. Por esto, una señal inequívoca que apunta al consumo de cocaína puede ser la rinitis crónica, el sangrado frecuente o las dificultades respiratorias.
Insomnio y cocaína
Al ser un estimulante tan potente, la cocaína provoca una alteración marcada del ciclo del sueño. La cocaína, al igual que ocurre con estimulantes menores como el café, la coca cola y otros excitantes, tiene una alta capacidad para modificar los ritmos circadianos. Al igual que las anfetaminas, la cocaína produce una extensión amplificada de los periodos de vigilia. Esta señal de alerta debería ser tenida en cuenta como uno de los principales indicadores que apunta a un probable consumo de cocaína.
2. Síntomas psicológicos por adicción a la cocaína
Lo que más caracteriza a la adicción a la cocaína es la fuerte dependencia psicológica que provoca. Esta dependencia se expresa a través de unos síntomas que detallamos a continuación. Algunos de ellos son muy característicos y forman parte de un cuadro denominado síndrome de abstinencia por dependencia a la cocaína.
Irritabilidad y la coca
Los consumidores crónicos de cocaína sufren grandes cambios en su estado de ánimo. Pasan con cierta rapidez de la euforia a la irritabilidad o a episodios depresivos. El consumo repetido de cocaína puede desencadenar cuadros psicóticos (psicosis cocaínica) que veremos más adelante. Por lo tanto, el adicto a la cocaína es una persona altamente susceptible, irascible o incluso en el extremo, paranoico. Bajo los efectos de esta droga la persona suele mostrar marcados rasgos narcisistas.
Euforia cocaínica
La cocaína es un poderoso estimulante nervioso central ya que interfiere con la reabsorción de la dopamina y hace que esta se acumule en el cerebro. Esta es probablemente la señal más detectable para identificar a un consumidor de cocaína. Bajo la influencia de esta droga, los consumidores de cocaína se muestran exageradamente contentos o excitados. La sensación subjetiva del consumidor es de una enorme vitalidad y clarividencia, además se muestran excepcionalmente comunicativos. Estos signos suelen ser predecesores de fuertes periodos depresivos, en la medida en que la droga va dejando de hacer su efecto. Suele dar paso a los síntomas siguientes.
Obsesión, delirio o psicosis por cocaína
Tratando de no perder el efecto euforizante el consumidor de cocaína suele ir incrementando la dosis (tolerancia). Cuando el consumo es elevado o si se está padeciendo adicción, a medida que se aumenta la dosis es frecuente la aparición de cuadros patológicos de tipo obsesivo. La persona adicta a la cocaína se vuelve altamente suspicaz y, en el extremo, hasta paranoica. Un adicto a la coca puede presentar cuadros delirantes o brotes psicóticos denominados psicosis cocaínica. Son señales muy patentes de la adicción que resulta prácticamente imposible poder esconder.
3. Utensilios relacionados con el consumo de coca
Billetes enrollados, tubos de papel y por supuesto, residuos de cocaína en diferentes superficies, son claros signos que apuntan al consumo de cocaína. Pequeñas bolsas de plástico con restos de polvo blanco, espejos o superficies rayadas y pequeños recipientes de cristal forman parte de la parafernalia más frecuente del consumidor de cocaína.
4. Afectación económica por uso de cocaína
Ciertamente y sin que sirva como regla obligatoria, el coste que supone el consumo de cocaína suele provocar cambios llamativos en la economía del consumidor. Al ser una droga ilegal con un coste relativamente alto, cuando el consumo aumenta en frecuencia y cantidad, suelen verse afectadas las finanzas de quien consume cocaína. Al principio seguramente será imperceptible, pero con el paso del tiempo pueden observarse dificultades para llegar a fin de mes, pedir dinero a familiares o amigos y movimientos bancarios anómalos. La adicción a la coca en su expresión más aguda puede llegar a arruinar completamente la economía del consumidor de esta droga.
5. Hábitos y estilo de vida de un cocainómano
La última de las 5 señales más caraterística y que apunta al consumo de cocaína es posiblemente un marcado cambio del estilo de vida. Cuando se consume cocaína se producen cambios en los horarios, el ciclo del sueño, la alimentación, la higiene personal. El tiempo que un cocainómano dedica a sus actividades habituales, como aficiones o prácticas deportivas, quedan poco a poco eliminadas. Por último se percibe cierto cambio respecto de las relaciones sociales, que pueden quedar relegadas o sustituidas por personas afines al consumo de esta droga. Evidentemente este aspecto, el de los cambios de hábitos, es algo muy gradual, difícil de detectar o incluso no existente en etapas tempranas del consumo.
Test de adicción a la cocaína. Soy adicto a la coca?
Existen diferentes tipos de test para identificar la adicción a la cocaína. Los test de autoevaluación de adicciones pueden ayudarte, de forma orientativa, a saber si eres adicto a la cocaína. Si deseas realizar el test de adicción a la cocaína haz clic en el siguiente enlace:
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