La adicción a las series o Binge-Watching consiste en el consumo compulsivo de contenidos multimedia en formato de series por capítulos. El concepto no es tan nuevo como puede parecer en un primer momento. Hace décadas que triunfaban las denominadas telenovelas (también llamadas teleseries), producidas principalmente en latinoamérica y que ofrecían a través de la televisión diferentes cadenas en horario de sobremesa. Desde los años 70 los géneros televisivos han ido cambiando al mismo tiempo que lo hacía el mundo entero, tanto social como tecnológicamente. En esta evolución nace el Binge-Watching o atracón de series, también llamado maratón de series.
El origen de la adicción a las series: las telenovelas
Cuando la televisión empezaba a crecer, a mitad del siglo pasado, fue adquiriendo un espacio fundamentalmente ocupado por la radio. La novela en formato de serie tiene su origen en la radio, que ya ofrecía los contenidos por capítulos de forma habitual. Pero cuando la televisión empieza a despegar, allá por los años 40, fue desplazando a la radio. La televisión se convirtió en el medio preferido por la audiencia para consumir ese tipo de contenidos, las novelas en formato de series pasarían a ser telenovelas.
Por un lado, estaban las telenovelas producidas en América latina (Brasil, México, Venezuela, etc.) y por otro lado estaba la telenovela americana. Las telenovelas latinoamericanas son un género televisivo entregado por capítulos, generalmente de corte dramático. Narran una sola historia, acotada en el tiempo y con duración aproximada de un año. Sin embargo la telenovela americana cuenta simultáneamente diferentes historias que se cruzan y conducen a nuevos desarrollos. No están acotadas en el tiempo, y aunque de menor duración que las telenovelas latinoamericanas, ofrecen la posibilidad de ir encadenando sucesivas temporadas.
Una de las características que convierte un programa televisivo en telenovela es esa forma de televisión que funciona con una continua narrativa abierta. Cada episodio termina con la promesa de que la historia continuará en el siguiente episodio (A. Morán).
A medida que se iban produciendo cambios en el modelo social fueron cambiando los géneros abarcados en las telenovelas, así como el horario en que se emitían. Surgieron de esta forma las denominadas franjas horarias, como el “prime time” (horario estelar).”Canción Triste de Hill Street”, “Dallas”, o “Falcon Crest”, cautivaron a millones de personas en todo el mundo en cuestión de poco tiempo. La adicción a las series había llegado sin apenas darnos cuenta.
La televisión a través de internet
Será a principios del siglo XXI cuando van apareciendo la televisión por cable, el espectacular crecimiento de internet, o la tecnología 4G; aspectos que favorecerán la aparición de la adicción a las series. Antiguas empresas de entretenimiento, como Netflix (1997) o HBO (1972), fueron adaptando sus servicios para convertirse en plataformas digitales de televisión a través de internet (global internet TV networks). Algunas de estas plataformas dieron instrucciones concretas a la gente de la industria televisa (actores incluidos) para que evitaran a toda costa utilizar el término Binge-Watching (2013). Esta ‘prohibición’ nos está indicando que hacer un uso inadecuado de las series de televisión es perfectamente posible.
Aunque hoy en día nos parezca descabellado, no es descartable que en el futuro encontremos mensajes como “vea esta serie con moderación” antes de acceder a los contenidos. Esto ya ha pasado con el alcohol, las apuestas deportivas o el tabaco. De la misma manera que es aconsejable beber con moderación o apostar con responsabilidad, debemos visualizar las series de una forma saludable. Cierto es que las llamadas adicciones comportamentales no están contempladas en el DSM-5 (a excepción de la ludopatía y la adicción a los videojuegos) por lo que la adicción a las series no existe como tal.
¿Por qué son tan adictivas las series?
Tenemos que entender las series de hoy en día como las telenovelas de antaño. Obviamente el contenido y el género televisivo son factores primordiales que intervienen en la capacidad de generar la adicción a las series. Las series que consiguen capturar a millones de personas en poco tiempo manejan diferentes géneros televisivos. El misterio, la comedia o las series de acción y ciencia ficción, acaparan el interés general de la audiencia. Pero casi siempre las series de mayor éxito contienen un componente sentimental enmarcado dentro del género melodramático. Las series románticas, con historias de amor, aunque sea de forma encubierta como parte de la trama, y las series de héroes y villanos, son las que más venden y por tanto las que más atrapan.
A partir de aquí surge otro factor más condicionante todavía que determina el enganche a las series: el medio a través del cual son ofrecidas. El streaming (contenido servido instantáneamente a través de internet) se ha convertido en la principal vía por la que accedemos a las series de televisión. Hace unos años, las series se entregaban día a día o semana a semana, a través de la televisión o la radio. Hoy se puede acceder a la totalidad de los capítulos de una serie de forma inmediata y desde cualquier lugar. De esta forma, puedes verlos uno tras otro de forma consecutiva sin límite alguno.
El streaming permite ver los capítulos de una serie de forma consecutiva, sin límites y sin pausa. Desde cualquier dispositivo puedes acceder a tu serie favorita en cualquier momento. Este mecanismo hace que las series sean potencialmente tan adictivas.
Analogía con las drogas y el juego: adicto a las series
Ser adicto a las series es parecido a ser adicto a las drogas o al juego. En cierto modo, las series son parecidas a las máquinas tragaperras: luces llamativas, sonidos envolventes y la posibilidad de ganar un premio atractivo (la resolución de la trama). Si a esto le añadimos la inmediatez con la que puedes ganar o jugar otra partida (en este caso a través del botón ‘ver el siguiente capítulo’) la gratificación está garantizada. Conseguir lo que deseas con rapidez resulta muy estimulante. Este mecanismo repetido de forma constante es el que determina la adicción. Por lo tanto podríamos decir que ver series de una forma compulsiva es parecido a estar tomando drogas (salvando las diferencias).
Conseguir lo que deseas con rapidez resulta muy estimulante. Gracias al streaming la inmediatez con la que puedes descargar o ver el siguiente capítulo de una serie determina en gran medida la adicción a las series.
En la medida en que obtenemos gratificación al visualizar los capítulos de una serie, el cerebro aprende esa conducta. De hecho nos pedirá más cuanto más lo hagamos. A nivel molecular el cerebro cambia fisiológicamente cuando vemos muchos capítulos de forma consecutiva; igual que cuando juegas a una máquina tragaperras. En concreto cambian las conexiones neuronales de los centros de recompensa. El núcleo accumbens, la amígdala o el hipocampo sufren una activación que determinará nuestra futura conducta. No es nada diferente a lo que ocurre con el alcohol, la cocaína o el juego. Cuando empiezas a percibir que estás haciendo un uso excesivo o inadecuado, probablemente estés enganchado. Ya eres adicto a las series.
Las consecuencias de la adicción a las series
La principal consecuencia de la adicción a las series es el deterioro del estado de salud físico, mental, o incluso social del seriófilo. En primer lugar, el visionado compulsivo de contenidos multimedia suele darse en condición de reposo. Esto es válido tanto para la adicción a las series, como para la adicción a las redes sociales, la adicción a internet, y en general todas las adicciones comportamentales.
Cuando nos habituamos a ver muchos capítulos de forma consecutiva, nuestro estilo de vida se convierte en sedentario. El adicto a las series pasa gran cantidad de tiempo sentado, en el sofá o en la cama, y como consecuencia es más susceptible de sufrir patologías cardíacas. Puede acabar provocando obesidad y una mayor probabilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares, como el ictus. En este sentido, cuando nos abandonamos al visionado compulsivo de nuestra serie favorita solemos hacerlo en compañía de alimentos poco saludables. Las palomitas, las pipas o los snacks tienen un alto contenido en sal y por tanto aumentan la tensión arterial de forma considerable. Si nuestra alimentación es rica en grasas el riesgo de padecer arterioesclerosis o una trombosis también será más elevado.
Uno de los aspectos más contraproducentes del Binge-Watching es la ruptura del ciclo del sueño. Ver series de forma compulsiva puede afectar al ritmo circadiano y disminuir las horas de sueño. En consecuencia, puede provocar fatiga, pérdida de memoria, y disminución de la productividad.
Frecuentemente el consumo compulsivo de series lo hacemos en solitario. Esto puede causar una desconexión social y deteriorar tus relaciones. El visionado de series por capítulos en exceso puede llevarte a un aislamiento social nada aconsejable. Por último, la consecuencia extrema del Binge-watching puede llevarte a un estado de recreación fantasiosa del contenido visualizado.
¿Es peligroso ver muchas series de televisión?
La respuesta a esta pregunta es radicalmente no. Ver series puede ser una actividad agradable, una forma de gestionar el ocio, descansar o incluso desconectar de la rutina. Ver series de televisión puede ser saludable, siempre y cuando se haga con medida. Es aconsejable que compartas la experiencia con otras personas. Sobre todo, debemos respetar a toda costa las horas de sueño y, a ser posible, evitar el exceso de alimentos ricos en sal cuando vemos series de televisión. Por supuesto, el alcohol y el tabaco es aconsejable evitarlos. De esta forma, podremos disfrutar de una forma saludable de nuestras series favoritas, de la misma forma que disfrutamos leyendo un libro o haciendo deporte. Ver series puede resultar entretenido y muy divertido. Si te ha interesado este artículo quizás quieras leer cómo saber si soy adicto a las series.